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SOCIEDAD: ASI SE FESTEJO HALLOWEEN EN ANGOSTURA

Tradicionalmente, el cristianismo celebraba Hallowe’en mediante una vigilia, donde se ayunaba y celebraban oficios religiosos, junto a fiestas (más tranquilas que las paganas, sin disfraces ni pedidos de dulces por las casas) y una visita al cementerio, donde se colocaban flores y velas para preparar el Día de Todos los Santos.

Este viernes 31 se celebró en el mundo occidental Halloween, palabra cristiana que procede de la forma escocesa All Hallows Eve (víspera de Todos los Santos, 1 de noviembre), periodo del año dedicado a recordar a los Fieles Difuntos, el 2 de noviembre.

Los orígenes de las costumbres actuales de Halloween suelen relacionarse con la fiesta gaélica de Samhain (el 1er día de invierno), época en la que la frontera entre este mundo y el otro se diluía, por eso los espíritus podían entrar más fácilmente en este mundo y eran especialmente activos.

Se los apaciguaba para garantizar la supervivencia del pueblo y del ganado durante el invierno, dejandoles ofrendas de comida y bebida, o porciones de las cosechas.

También se decía que las almas de los muertos volvían a sus hogares en busca de hospitalidad, se les reservaba un lugar en la mesa y junto al fuego para darles la bienvenida.

Las fiestas incluían rituales y juegos adivinatoriod destinados a predecir el futuro, se mordían manzanas y asaban nueces, y se encendían hogueras, pues creían que las llamas, humo y cenizas tenían poderes protectores y purificadores.

La gente, sobretodo jóvenes, iba disfrazada de espíritu (con máscaras o la cara pintada), yendo de casa en casa, recitando versos o canciones a cambio de comida, lo que les traería suerte a los dueños que donasen, pero desgracia si no lo hacían, de allí el famoso «Truco o treta» (golosina o maldad) que recitan los niños para recibir dulces.

EL ORIGEN DE LA CALABAZA DEL MIEDO

En las islas británicas en el siglo XIX comenzó la costumbre de tallar vegetales con caras de terror, para ahuyentar a los malos espíritus en esas fiestas, se usaban remolachas, pero, en América del Norte no estaban disponibles, y si calabazas, en abundancia, por lo cual los colonos europeos las tomaron en su lugar.

En Argentina, con la «modernización» del país en la década del 90 y la mayor penetración de la cultura norteamericana, está fiesta empezó a organizarse primero desde colegios de colectividad anglo y luego pasó a los countries (buena parte de quienes enviaban a sus niñxs a dichos establecimientos residian en las urbanizaciones privadas, tan de moda por esos años, que además brindaba la seguridad que se circulase por la tarde/noche sin correr peligro).

Luego, lenta pero persuasivamente, fue expandiéndose, por comercios, para incorporar más eventos que ayuden a una suba en las ventas, y luego por ciudades del interior, donde la vida es más tranquila.

En Angostura se introdujo de un modo similar al porteño, sólo que en este caso, al no existir escuelas anglosajonas, el vehículo de ingreso fueron las academias privadas de inglés, que a principios de este siglo empezaron a instalarse en la localidad.

Hace aproximadamente una década la fiesta se instaló definitivamente para la mayoría de la población infantil (no sólo quienes estudiaban inglés) como una más del año y hace 5 directamente «explotó», ayudada también por el incremento masivo de migración de Buenos Aires, que la traía consigo.

Por eso, ya es habitual ver los comercios adornados con calabazas, fantasmas y telarañas los últimos días de octubre, y a chicos y grandes recorrer avenida Arrayanes disfrazados, con máscaras, maquillados de «monstruos», portando gorros de brujas y entrando y saliendo de locales con las manos llenas de caramelos.


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